"Salió el pueblo, y trajeron ramas e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios, en los patios de la casa de Yahweh... Y toda la Congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó". Nehemías 8:16,17
Lectura Seleccionada: Deuteronomio 8:11-20 La Fiesta de los Tabernáculos era la tercera de las grandes fiestas anuales celebrada por los israelitas. Tiene lugar esta fiesta en el séptimo mes llamado Etanim o Tishri. El día 15 de este mes era Shabbat, como también era Shabbat o asamblea solemne el día 22. Así está escrito: "Habla a los hijos de Israel y diles: a los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los Tabernáculos a Yahweh por siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervo harás. Siete días ofrecerás ofrenda encendida a Yahweh; el octavo día tendrás santa convocación, y ofrecerás ofrenda encendida a Yahweh; es fiesta, ningún trabajo de siervos harás." Levítico 23:34-35 Es una fiesta muy alegre, en la que se da gracias a Yahweh durante ocho días por todos los beneficios de él recibidos. Se le conoce también como la Fiesta de Yahweh: "Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayas recogido el fruto de la tierra, harás fiesta a Yahweh por siete días; el primer día será Shabbat, y el octavo día será también día de Shabbat." Levítico 23:39 Las instrucciones específicas de cómo celebrar esta fiesta se encuentran en Levítico 33:24-43, Números 29:12-38 y Deuteronomio 16:13-15. Entre las cosas más importantes de estos pasajes está la celebración de una asamblea solemne o convocación santa tanto el día 15 como el día 22. Las enseñanzas judías indican que Etanim era el primer mes del calendario hebreo en el principio, pero que luego del éxodo desde Egipto, vino a ocupar el séptimo mes del año sagrado. Desde entonces, Abib (Nisán) que era el séptimo mes, pasó a ser el primero. En la Fiesta de las Cabañas se celebraba la recogida o cosecha de los frutos de la tierra. La convocación del día octavo marcaba el solemne cierre del ciclo anual de festividades o celebraciones (Éxodos 34:22, Levítico 23:24-38). La Fiesta de las Cabañas era considerada como la fiesta más santa y la más grande entre los hebreos. La alegría de esta fiesta se manifestaba con caminatas y danzas por doquier. Este era el tiempo de dar gracias a Yahweh por los frutos y cosechas de la tierra. Cinco días antes de comenzar esta fiesta, el pueblo celebraba el día de la Expiación, donde la gente tenía un sentido de paz con Yahweh. Familias enteras participaban en esta celebración desde una humilde cabaña durante siete días (Éxodos 24:33, Levítico 23:42). Las cabañas se levantaban en los patios de las casas, en el patio del templo, así como en los caminos, de ser necesario (Nehemías 8:16). Los israelitas utilizaban el esplendor de los árboles de palmas, de olivas y ramas de otros árboles para construir la cabaña. El hecho era que todos vivirían en esas cabañas y allí comerían y compartirían ofrendando y dando gracias a Yahweh por las bendiciones recibidas de los frutos cosechados. El rico y el pobre compartían por igual en la celebración. El día anterior de la celebración, es decir, el 14 de este mes, casi todos los peregrinos arribaban a Jerusalén. Este era el día de la preparación, a menos que dicho día no fuera Shabbat semanal, en cuyo caso preparaban todo el día anterior. El tiempo de todos era ocupado en la preparación de las cabañas y de las ofrendas que expondrían en aquel lugar. Todos en feliz compañerismo, sin importar clase social, compartían como un solo hombre. La ciudad de Jerusalén y sus alrededores ofrecía un espectáculo peculiar y pintoresco con cabañas por doquier. Le añadían a la atmósfera de la festividad olor y colorido con los bellos colores de las frutas, así como la fragancia del follaje con el que se construían las cabañas. Todos esperaban el sonido de la trompeta que marcaba el inicio de la festividad, sonido que venía desde el templo o desde una colina cercana al templo. En el día octavo no se podía realizar trabajo alguno. En este día se ofrecía un toro, un carnero y siete ovejas machos de un año de edad como ofrenda quemada para expiación de culpas y pecados según Núm. 29:35-38. Un detalle muy importante es que en el año sabático, la Ley era leída al pueblo durante esta festividad: "Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la Fiesta de los Tabernáculos, cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Yahweh tu Poderoso en el lugar que él escogiere, leerás esta Ley delante de todo Israel a oídos de ellos. Harás congregar al pueblo, varones, mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Yahweh tu Poderoso, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. Y los hijos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Yahweh tu Poderoso todos los días que vivieren sobre la tierra a donde vas, para tomar posesión de ella". Deuteronomio 31:10-13 El Templo de Salomón La inauguración del Templo de Salomón, obra majestuosa para albergar permanentemente el Arca de la Alianza, se llevó a efecto en una Fiesta de las Cabañas. "Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del séptimo mes. Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una gran congregación... Al octavo día hicieron una solemne asamblea, porque habían hecho la dedicación del altar en siete días, y habían celebrado la fiesta solemne por siete días". 2 Crónicas 5:3; 7:8, 9 Propósito de la Fiesta El distintivo de esta festividad era la alegría de dar gracias a Yahweh por tantas bendiciones recibidas. Durante esta festividad los israelitas podían meditar en sus corazones acerca de que la prosperidad y abundancia no provenían del propio esfuerzo y sí de las bendiciones que les enviaba Yahweh: "Cuídate de no olvidarte de Yahweh tu Poderoso, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy, no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen,y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Yahweh tu Poderoso, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre... No digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. Si no acuérdate de Yahweh tu Poderoso, porque el te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día." Deuteronomio 8:11-14, 17,18 Se mandaba a Israel a vivir por una semana en cabañas a fin de que las generaciones futuras conocieran que en cabañas fue que Yahweh los hizo habitar cuando los sacó de Egipto: "En tabernáculos habitarás siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, para que sepan tus descendientes que en tabernáculos hice yo habitara los hijos de Israel cuando los saqué de tierra de Egipto. Yo Yahweh tu Poderoso". Levítico 23:42-43 El Segundo Éxodo En realidad, Yahweh sacó dos veces a su pueblo de la esclavitud para que le celebrara fiesta. Si bien es cierto que los sacó de la esclavitud egipcia, también es cierto que los sacó de la esclavitud del exilio babilónico. La invasión de Nabucodonosor dejó el reino de Judá profundamente traumatizado. Las ciudades fueron incendiadas y saqueadas por doquier. Las cosechas fueron destruidas. ¿Cómo se podría celebrar fiesta a Yahweh si no había agricultura? El efecto de la cautividad fue demoledor. Los líderes espirituales hebreos como los sacerdotes y los levitas ya no podían ministrar en el altar. Ya no celebraban las fiestas, ya no adoraban a Yahweh como lo hacían al principio. Con el tiempo, Babilonia fue reconquistada por Persia. Luego de esta reconquista, a los judíos se les permitió regresar y reconstruir el templo de Jerusalén, donde la Fiesta de los Tabernáculos volvió a celebrarse. Por toda la ciudad levantaron chozas con ramas de sauce y de palmera. Bien nos dice Nehemías: Y toda la congregación que volvió de la cautividad, hizo tabernáculos, y en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande. Y leyó Esdras en el libro de la Ley de Yahweh cada día, desde el primer día hasta el último; e hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito." Nehemías 8:17, 18 Ahora los judíos que volvían del destierro se consideraban como un resto del pueblo salvado por Yahweh. La celebración de las fiestas sagradas sustentaría a los judíos apatridas hasta la creación del moderno Israel, evento que se logró en el año 1948. Los Tabernáculos en los Días de Yahshua: De acuerdo con ulteriores escritos rabínicos, cada mañana de los ocho días de la Fiesta de los Tabernáculos, los sacerdotes y los levitas descalzos, vestidos con blancas túnicas de lino, bajaban desde el templo hasta la fuente de Guijón, en el valle de Cedrón. Allí los oficiantes llenaban de agua un cántaro de oro, mientras que un coro de levitas cantaba lo dicho por Isaías: "Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la salvación. Regocíjate y canta, oh moradora de Sión; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel". Isaías 12:3, 6 Se sonaban las trompetas cuando los sacerdotes y los levitas regresaban del estanque hacia el templo. Todos desfilaban hacia el altar agitando las ramas de palmas y cantando: "Sálvanos, te lo suplicamos, Yahweh, te lo suplicamos; danos la victoria". Cadanoche del festival, todo el templo permanecía iluminado por cuatro enormes candeleros. Allí se danzaba al ritmo de la música. Se cantaban los Salmos 113 al 118. Esta ceremonia representaba cuando Yahweh proveyó del agua de la roca en el desierto a los israelitas. Fue en un día de la Fiesta de los Tabernáculos (Juan 7:2) que Yahshua subió en secreto, y enseñaba dejando a muchos sorprendidos por la sabiduría y sencillez de sus palabras. Muchos se preguntaban: "¿Cómo sabe éste letras sin haber estudiado? Yahshua le respondió: Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envió." Juan 7:15, 16 Junto a la creciente aceptación de Yahshua como un enviado del cielo, cobraron impulso ideas o enseñanzas relativamente nuevas. La más espectacular de estas enseñanzas era lo que concernía al derramamiento del agua en el último día: "En el último y gran día de la fiesta, Yahshua se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba." Juan 7:37 El concepto del derramamiento del agua simbólica estaba ahora en total cumplimiento. Muchos reconocieron en ese momento que Yahshua era el profeta enviado del cielo. Publicado por: Publicaciones Luz de la Aurora, Inc. P. O. Box 1858 Trujillo Alto, Puerto Rico 00760 Todos los derechos reservados. Copyright 1991 Los comentarios están cerrados.
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