Israel se adhirió oficialmente el miércoles a un programa espacial dirigido por la NASA para el aterrizaje de astronautas en la superficie lunar y el establecimiento de una presencia humana a largo plazo en la Luna, como calentamiento para futuras misiones a Marte. El acuerdo de adhesión al programa Artemisa establece los principios de cooperación en materia de exploración espacial y presencia humana en la Luna, y permitirá a Israel emprender nuevas colaboraciones en materia de investigación espacial, tanto comerciales como económicas, con otros países participantes, informó el miércoles el Ministerio de Innovación, Ciencia y Tecnología. Más de una docena de países han firmado ya los Acuerdos Artemisa, dirigidos por la NASA, entre ellos Australia, Canadá, Emiratos Árabes Unidos, Italia, Reino Unido, México, Japón y Corea del Sur. Israel es el decimoquinto país que se une al programa, dirigido por la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea, los operadores de vuelos espaciales comerciales estadounidenses y las agencias espaciales de los países participantes. La NASA pretende establecer una presencia sostenible en la Luna y utilizar las lecciones aprendidas para planificar un viaje tripulado a Marte en la década de 2030. El programa espera construir un puesto de avanzada permanente en la Luna, incluyendo un campamento base Artemis en la superficie y una estación dedicada, Gateway, en la órbita lunar para permitir que “los robots y los astronautas exploren más y realicen más ciencia que nunca”. Firmados por primera vez en octubre de 2020 por sus miembros fundadores, los Acuerdos Artemis se basan en 10 principios destinados a regir la exploración civil del espacio exterior. Estos principios incluyen la exploración pacífica, la transparencia, la divulgación de datos científicos, la asistencia de emergencia al personal de todos los países y el uso de los recursos espaciales en cumplimiento del Tratado del Espacio Exterior de 1967, que constituye la base del derecho espacial internacional. El acuerdo con Israel fue firmado el miércoles por el administrador de la NASA, Bill Nelson, y el director general de la Agencia Espacial Israelí (ISA), Uri Oron, más de una semana después de que el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, dijera que el país se uniría al programa. “Estamos avanzando hacia un futuro global e innovador en el que los países movilizan recursos para la ciencia y la investigación y trabajan juntos para avanzar en la diplomacia espacial. Firmar los acuerdos reforzará la cooperación con otros signatarios en el ámbito del comercio y la economía”, escribió Lapid en Twitter el pasado domingo. El primer vuelo de prueba no tripulado previsto, Artemis 1, está programado para marzo, utilizando el nuevo cohete SLS de la NASA, pero los observadores esperan que la agencia espacial retrase el lanzamiento al verano. El Artemis 2 está previsto técnicamente para 2023 y el Artemis 3 para 2024. Se espera un alunizaje en 2025. La NASA ha dicho que entre los caminantes lunares se encontrarán la primera mujer y la primera persona de color en realizar el viaje. SpaceX, de Elon Musk, fue elegida para diseñar y construir el módulo de aterrizaje humano que llevará a los primeros astronautas a la Luna en el marco del programa Artemis, que establecerá el regreso de la humanidad a la Luna por primera vez desde la misión Apolo 17 en 1972. La ministra de Ciencia y Tecnología, Orit Farkash-Hacohen, dijo que Israel se unía al esfuerzo internacional para hacer de la Luna “algo más que una parada, sino un lugar en el que permanecer durante un tiempo significativo, para permitir desarrollos e investigaciones que no pueden hacerse en ningún otro lugar. Israel puede y debe jugar un papel central en este sueño”. “La firma de este acuerdo ahora es otro bloque de construcción en nuestra relación con los Estados Unidos, nuestro mayor amigo en el mundo. La esencia del programa Artemisa: hacer algo audaz e inspirador, hacer aterrizar a personas -mujeres y hombres- en la Luna una vez más, después de cinco décadas”, añadió. Oron, de la ISA, dijo: “Israel se une hoy a los 14 países que comparten valores similares respecto al uso futuro de los recursos lunares, Marte y otros cuerpos celestes… en beneficio de toda la humanidad. Estoy convencido de que a través del programa Artemisa, toda la humanidad avanzará, no sólo en el espacio sino también aquí en la Tierra”. La exploración espacial, dijo, tiene un enorme potencial “para Israel en particular, y para el mundo entero, en los campos de la innovación, la tecnología y la diplomacia internacional”, añadió Oron. “La Agencia Espacial de Israel trabajará para garantizar… las colaboraciones en investigación, ciencia, innovación y economía en el marco de los Acuerdos Artemis entre los organismos israelíes y nuestros colegas internacionales”. Israel está celebrando su Semana Espacial anual con una avalancha de eventos y anuncios relacionados con el espacio. A principios de esta semana, el país anunció la finalización de 35 experimentos científicos, médicos y educativos que realizará esta primavera el astronauta israelí Eytan Stibbe como parte de la misión Rakia de Israel a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS). El programa Rakia (cielo en hebreo) forma parte de Axiom Space Ax-1, la primera misión privada del mundo a la ISS. Stibbe viajará a la estación espacial a bordo de una cápsula Dragon de SpaceX a finales de marzo (fecha prevista: 31 de marzo de 2022) y está previsto que realice unas tres docenas de experimentos en microgravedad en cooperación con universidades, grupos de investigación y empresas tecnológicas israelíes. Los experimentos seleccionados reflejan un amplio espectro de disciplinas científicas y tecnológicas, como la radiación, la genómica, la inmunología, el funcionamiento neuronal, la comunicación cuántica, la astrofísica, la agrotecnología, las comunicaciones, la óptica, la oftalmología, los dispositivos médicos y la investigación de enfermedades. Entre ellos se encuentra un traje antirradiación desarrollado por la empresa israelí Stemrad en colaboración con Lockheed Martin para proteger los órganos vitales de los astronautas de la dañina radiación gamma. La exposición puede provocar la enfermedad por radiación, es decir, la destrucción acelerada de las células sanguíneas y la incapacidad del cuerpo para reponerlas, debido al daño sufrido por la médula ósea, necesaria para generar nuevas células. También se espera que el chaleco Astrorad esté a bordo del Artemis 1. Gracias a www.israelnoticias.com
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